Aunque brillen y
destellen, aunque zumben y corran a toda velocidad;
En otros Junios más
cálidos que los de ahora, las olas eran más alegres,
En los tiempos en los
que yo era un niño con el corazón aun sin heridas.
Los arenques ya no
están en las corrientes, como lo estaban antiguamente;
¡Mi pena!, recuerdo el chirrido que dejaba la nasa en la carretilla
¡Mi pena!, recuerdo el chirrido que dejaba la nasa en la carretilla
Que llevaba a vender la
pesca al pueblo de Sligo,
En los tiempos en los
que yo era un niño con el corazón aun sin heridas.
Y ah, tú, orgullosa
doncella, ya no eres tan bella cuando su remo
Se escucha sobre el
agua, como ellas eran cuando, orgullosas y apartadas,
Se paseaban en el
crepúsculo por las redes tendidas sobre la orilla pedregosa,
En los tiempos en los
que yo era un niño con el corazón aun sin heridas.
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