Allá en los jardines
de Salley mi amor y yo nos encontramos;
Ella caminó por los
jardines de Salley con sus pequeños pies de blanca nieve.
Me invitó a que tomara
el amor con naturalidad, como las hojas crecen en el árbol;
Pero yo, joven y tonto,
no iba a estar de acuerdo con ella.
En el prado cerca del
río mi amor y yo nos detuvimos,
Y en mi hombro
inclinado ella recostó su mano de blanca nieve.
Me invitó a que tomara
la vida con naturalidad, como el pasto crece en los diques;
Pero yo era joven y
tonto, y ahora estoy lleno de lágrimas.
Muchas gracias Pedro Peña por tan excelente poema.
ResponderEliminarNo conocía los poemas de éste gran autor; pero éste específicamente, lo conocí viendo una película "El Veredicto" y me encantó. Después lo busqué en Google y encontré esta hermosa página que has editado
Muchas gracias