El otoño cae sobre
las largas hojas que nos aman,
Y sobre los ratones que
merodean las gavillas de cebada;
Amarillas, sobre
nosotros, las hojas del serbal,
Y amarillas las hojas
de las frutillas silvestres.
La hora del amor
menguante nos ha asaltado,
Y nuestras almas están
cansadas y raídas;
Separémonos, antes de
que el tiempo de la pasión nos olvide,
Con un beso y una
lágrima sobre tu caída frente.
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